Asesino en la lluvia
Killer In The Rain
Antes de dar al héroe de sus siete novelas el nombre de Philip Marlowe, Raymond Chandler había ensayado, en los cuentos que escribió en sus primeros años de dedicación literaria, otros nombres para su romántico justiciero: Carmady, John Dalmas, John Evans. Al mismo tiempo, iba afirmando los rasgos de su personalidad, hasta llegar a definirlo tal como lo conocimos en La ventana siniestra (serie Novela Negra n.° 2) o en Playback (serie Novela Negra n.° 20). Pero los ensayos no se reducían al nombre o al carácter de Marlowe: los cuentos incluidos en en el presente volumen, fueron para Chandler una primera versión, una versión de prueba, del material que luego utilizaría en sus novelas. Por ello no fue autorizada su publicación en forma de libro mientras Chandler vivió: el autor afirmaba que había «canibalizado» esos relatos. La explicación difícilmente podía satisfacer al buen aficionado al género, que ahora tiene ocasión de comprobar que estos relatos, relegados por su autor a un injusto olvido, en nada desmerecen su producción posterior.