Todo Ubú
De muy joven, Alfred Jarry, llega a París donde frecuentaría los poetas simbolistas de la época. Siguió los cursos de Bergson en la Sorbona. Personalidad muy culta tanto en el campo de las ciencias como el de las letras. Colaboró en varias revistas, como la «Revue Blanche» y el «Mercure de France»; él mismo fundó una, «L'ima giner». Consideraba que «el simbolismo debe traducirse literalmente por la palabra libertad» y en ese clima escribió, cuando sólo contaba quince años, su célebre Ubu Rey, estrenada en París en 1896 y cuyas polémicas llevaron a su autor a la fama. A partir de ahí su personaje revivió en Almanaques del padre Ubú, Ubu encadenado, Ubu cornudo, Ubu en la colina. Pero Jarry se quedó solo con su personaje, grotesco soberano que nadie perdonaba por su simbólica verdad. Célebre y al mismo tiempo rechazado, se lanza a escribir, pero su disconformidad por una vida ordenada y vulgar, el consumo de alcohol y el agotar pronto sus fuentes de ingreso le hicieron conocer el hambre y la miseria, acabando sus días en un hospital.