Tono bungay
George llega a la adolescencia sin saber el nombre de su padre, pues éste abandonó a la madre del muchacho poco después de la boda, borrando las huellas de su matrimonio. George pasa su infancia en Bradseover, que permanece en sus recuerdos como una imagen de serenidad a pesar de las privaciones que allí sufre. A los doce años, George entra en un colegio interno, de donde huye. Su madre decide enviarlo a casa de su tío Edward, un químico investigador, que se compromete a educarlo. Sus utensilios químicos hechizan a George y su tío no tarda en revelarle que ha descubierto un líquido tonificante «Tono-Bungay», con el que espera enriquecerse. A los dieciocho años, George se marcha a estudiar a Londres y allí se enamora de una joven pobre, pero ambiciosa: Marion. Ella se niega a casarse con él porque la pobreza le repugna. En esto, el muchacho recibe un telegrama de su tío, en el que le anuncia que «Tono-Bungay» está comercializado y, además, le ofrece un interesante sueldo. George vive diversas aventuras y vivencias amorosas, que lo llevan por caminos insospechados.