Un kilo de oro

Un kilo de oro confirmó definitivamente, la estatura literaria de Rodolfo Walsh, ya admirado (y discutido) por sus precisas, poderosas y polémicas investigaciones, que lo habían convertido en el eficaz precursor de un nuevo periodismo. El libro guarda una estrecha relación con Los oficios terrestres. El cuento del mismo título, por ejemplo, continúa a "Irlandeses detrás de un gato", donde realidad y lenguaje se funden tensamente para describir en un internado el descubrimiento progresivo de los códigos y goces del mundo. O personajes y climas entre desopilantes y anárquicos del anterior "Fotos" reaparecen y se complican en "Cartas".

Ricardo Piglia definió "Cartas" como un relato "donde a partir de un pueblo de la provincia de Buenos Aires en los años de la década infame, Walsh construye un universo joyceano, una suerte de microscópico Ulises rural, mezclando voces y fragmentos que se cruzan y circulan en una complejísima narración oral." Para agregar sobre la totalidad de su obra: "Walsh era capaz de escribir en todos los estilos y su prosa es uno de los grandes momentos de la literatura argentina contemporánea".