Desnudos

Cómo conferir un estilo a su creatividad fotográfica

Editorial: Omega
Año: 2001
Páginas: 144
ISBN: 9788428212700
Sección: Arte | Artes visuales
Género: Ensayo | Fotografía
Disponible
$75000
Leído. Buen estado.

Éste es un libro que trata tanto la técnica como las imágenes. Sirve para apreciar el contenido de las fotografias y para aprender las técnicas más avanzadas de la fotografia en blanco y negro esperamos que, por todo lo que relatan las palabras de los fotogratos que han creado esta colección de increíbles imágenes, una de las principales cualidades de este libro sea su habilidad para inspirar. Si, habiendo visto la calidad y la pureza de las fotografias que ilustran estas páginas, se siente el impulso irresistible de coger la cámara y plasmar nuestras ideas en pelicula, entonces este libro ha conseguido su propósito.

La fotografia de desnudo es tan amplia que es dificil hacer un solo libro que englobe todos sus aspectos. Seria casi imposible para un único fotógrafo tratar de explicar, a través de sus propias imágenes, la variedad de modos de enfocar un sujeto. Un desnudo, como ya iremos viendo a lo largo de este libro, puede ser muchas cosas. En las manos de un buen fotografo, como Robert Farber o Dave Elliot, un cuerpo masculino o femenino puede ser captado de un modo clásico, casi escultural bellamente iluminado y dispuesto, y utilizado como medio para explorar la forma y el estilo. Podria ser el punto de partida para una serie abstracta, como aquellas imágenes producidas por el fotografo Bill Brandt cincuenta años atrás, que desafian al observador a mirar una y otra vez para ver algo nuevo y diferente. Un desnudo incluso podría usarse por alguien tan visualmente astuto como Jahn Swanell a modo de elemento fotográfico ubicado en otras áreas, por ejemplo el paisaje, para resaltar texturas y formas.

El desnudo también puede ser fuente de inspiración para crear fotografias, como aquellas producidas por David Penprase, que giran en torno a un mundo de fantasia que sólo existe en la imaginación; o en manos de fotógrafos como Marcus Doyle, también puede ser un motivo tratado casi como un delicado bodegón.